Hacer una prueba de manejo de una F-150 nueva es una experiencia grata, en especial si se trata de la nueva generación de la pickup más vendida del mundo. Probarla sobre terreno enlodado es un poco más divertido, pero probar la F-150 Raptor en el peor terreno y con un poco de lluvia, no tiene comparación.
Eso fue lo que vivimos un grupo escogido por Ford Puerto Rico en los terrenos de la Hacienda Siesta Alegre en Rio Grande. El lugar que se decora de manera elegante para celebrar bodas esta vez se utilizó para el evento totalmente salvaje bautizado como RAPTORing Off-Road.
Varias millas de esta finca mayormente sin pavimentar fueron el escenario de prueba de estas dos guaguas F-150, una modelo XL con ciertas opciones como aros de aluminio de 17″, cristales eléctricos y otras opciones que ofrece el STX Appearance Package. La otra era la temible Raptor. En cada una de las guaguas iba un guía que nos indicaba las rutas de cada guagua ya que para la Raptor el camino era más agresivo.
La ruta con John en la F-150 XL
Tuvimos la suerte de ir primero en la versión sencilla de la F-150 porque eso nos daba la sensación de manejo de la guagua sobre todo si no manejas una pickup con tanta frecuencia. El movimiento de esta guagua era sumamente cómodo tanto en los detalles interiores como en la facilidad en el manejo y las curvas. John, nuestro guía, nos indicó la ruta que eventualmente dejó de estar pavimentada y llegamos hasta un lugar de hacer drifting en lodo.
La respuesta no fue divertida a principio hasta que nos percatamos que teníamos encendido el traction control lock el cual mantenía la guagua corriendo serena a pesar del mal terreno. Tan pronto quitamos ese control sentimos la furia del motor V6 EcoBoost en todo su esplendor. El camino en esta ruta era corto porque lo peor era con la Raptor.
La ruta con Alan en la F-150 Raptor
Luego de una ansiosa espera nos llegó el turno de conducir la Raptor. Desde el día que fuimos a la presentación en el Hotel Caribe Hilton, quedamos impresionados con esta monstruosa pickup que lejos de cumplir el propósito de Ford con este vehículo de trabajo, se ha convertido en un lujoso juguete de niños grandes, cuyo precio sobrepasa los $90,000 en Puerto Rico.
Nos tocó ir guiados por Alan quien nos fue indicando la misma ruta que tuvimos con John mientras nos hablaba de las 500 libras menos que trae ahora la Raptor y de su incremento en caballos de fuerza con el nuevo motor V6 EcoBoost de 3.5 litros. Luego tomamos la ruta alterna preparada especialmente para este vehículo. En varias ocasiones cuando el terreno se encontraba en la peor condición nos mandaba a acelerar para sentir la potencia y la suspensión de la Raptor, algo que en cualquier otro vehículo tendríamos que reducir o simplemente virar por lo difícil del camino.
Bordeamos el Río Grande (el cual le da el nombre al pueblo) en un par de ocasiones y encontramos ciertos baches que probamos tanto a velocidades no aptas para cualquier auto como en velocidades casi detenidos para notar el agarre del 4×4. Durante la ruta vimos terrenos en peores condiciones en el cual le preguntamos a Alan si la guagua podría pasarlos, a lo que nos indicó que no con las gomas de todo terreno que tenía puesta, pero con las gomas correctas, sí, sin ninguna dificultad.
Conclusión
Luego de probar ambas guaguas nuestra recomendación a cualquier persona que desee adquirir una pickup nueva, que NO pida una prueba de manejo de una Raptor a menos que esté presupuestada dentro de su compra. Aunque todas las F-150 salen de la misma línea de ensamblaje, la Raptor no es un vehículo hecho para la flota de una compañía ni para uso normal. Es un vehículo de aventuras que puede tener otras funciones de carga y arrastre.
Si lo que deseas es una pickup de carga para negocios o que también sea un vehículo familiar, Ford ofrece una gran variedad de opciones dentro de la F-150 que son ideales para casi cualquier terreno y para la ciudad. Si por el contrario lo que buscas es la aventura off-road, la Ford F-150 Raptor debe ser la primera en tu lista. 
Fotos propiedad de AütoMania.
